Por Miguel Ángel Toma | El exdiputado y ex titular de la Secretaría de Inteligencia ofreció a principios de noviembre en el foro virtual de Movimiento21 una informada interpretación sobre sospechosos robos de armas y sus vínculos con una articulación de grupos violentos que van desde movimientos de la narcoguerrilla a las usurpaciones de territorio realizadas invocando reivindicaciones de pueblos originarios.
¿Qué está pasando con el robo de armas en el sur? ¿Se pueden vincular con las actitudes y ocupaciones de propiedades de los pseudo mapuches, con la acción sistemática que se viene llevando a cabo?
Lo que dispara esta preocupación es la noticia de que de un regimiento del Ejército, en Neuquén, desaparecieron 25,000 municiones de fusiles Fal. Esta noticia fue muy significativa e impactó mucho; y, para aumentar la preocupación, se complementó con otra de pocos días después que no tuvo tanta repercusión pero parece importante analizar: se trata del robo, en una armería de Bariloche, de más de veinte armas cortas qué van del calibre 22 al a los calibre 45 y 9 milímetros, es decir, armas de guerra y, en algunos casos, de uso civil condicional. Además también se roba en esa armería un número significativo de municiones de esos mismos calibres.
No tenemos indicios de que el robo de las municiones de Fal tenga que ver con el accionar de los grupos pseudo mapuches. Lo que sí puede tener mucha más vinculación con eso es el robo de la armería en Bariloche: armas cortas y muy sencillas de ocultar. La munición 762 y 308, que es la del Fal, pueden tener importancia en hechos grandes de naturaleza insurreccional. El Fal ha sido muy usado por la guerrilla de la FARC en Colombia y lo usan los grupos narcos brasileros. Los fusiles argentinos, de origen antiguo, fueron todos repotenciados. El Fal que tiene hoy nuestro Ejército está modernizado y modificado, es un arma muy poderosa, excelente. Del lado de occidente, es el equivalente del Kalashnikov ruso, que es emblemático en las estructuras guerrilleras.
Un dato importante, que a mí me permite suponer que el robo de las municiones está vinculado a una red de tráfico de armas, es que 10 días después de producido el robo de munición en el regimiento neuquino, en Juárez Celman, provincia de Córdoba, paran un camión que llevaba cargas generales hacia la frontera norte y entre las cargas se descubren 10,000 municiones del mismo tipo de las que habían sido robadas en Neuquén. Hay otros: en el año 2014, 2015 se registraron robos de armas importantes en regimientos del Ejército -entre otras armas, hasta ametralladoras 50 con sistema antiaéreo- que también iban dirigidas hacia el norte. Desde mi punto de vista ese robo de armas y materiales va por la frontera norte a Paraguay, a Pedro Juan Caballero y desde allí a Brasil, porque son las municiones y armas que habitualmente utilizan los narcos en Brasil: el Comando Vermelho y el Primer Comando Capital, que tienen estructuras militares poderosisimas, como todos sabemos.
Donde sí veo una vinculación con lo que ocurre en el sur es en el robo de armas de Bariloche. Dicho esto, es interesante vincular toda esta cuestión, cómo se viene organizando, qué vinculaciones tiene los la organización de los supuestos mapuches con las tomas de tierra en el sur, una operación que ha ido mostrando ribetes cada vez más violentos. Porque si bien hasta ahora en estas ocupaciones las armas que utilizaron los que ocupaban las tierras y quienes se resistían a la acción de Prefectura o Gendarmería eran armas rudimentarias (en algunos casos armas de fuego de pequeño calibre o alguna escopeta o tumberas, armas de fabricación casera), hay un informe de inteligencia de las policías de Neuquén y Río Negroque dice que tienen armas de mayor potencia.
La actividad de los pseudo mapuches no son acciones aisladas: hay un manual hecho en el sur de Chile por la CAM, Coordinadora Arauco-Malleco (qué es el equivalente chileno de la RAM, Resistencia Ancestral Mapuche argentina), un manual de 50 páginas que se llama Preparándose para la Lucha o Elementos para la Lucha, que tiene una redacción y una estructura análogas cualquier manual insurreccional de la década del 70, donde se desarrolla el sistema articulado alrededor de las tomas de tierra que reivindican los movimientos aborígenes (en este caso, mapuches son pocos, son muchos más los militantes vinculados a estructuras de esto que vamos a analizar ahora qué va desde Puebla hasta la narcoguerrilla con Venezuela).
Es interesante esto porque Facundo Jones Huala, que es una de las figuras más conocidas de la RAM, es un personaje que tiene una larga trayectoria de relacionamiento con los movimientos de la guerrilla y de la narcoguerrilla latinoamericana.
En marzo del 2015, fue detectado por la policía de Chubut en un intento de copamiento en la zona. La policía le pregunta entonces al gobernador qué hacer, porque lo tienes detectado, hay información de que tenía pedida la captura en Chile por incendios en haciendas. En ese momento el gobernador de Chubut era Martín Buzzi, alineado con el kirchnerismo, y él le dice a la policía que esperen, que no tomen ninguna decisión; consulta al ministerio del Interior de la Nación y la respuesta que le dan desde allí es que no lo detengan, que lo dejen hacer y no lo detengan, pese a que existía el pedido de extradición por parte de Chile. Es interesante recordar esto porque en 2016 se produce una reunión en Chile donde participan los carabineros y es invitado el jefe de la policía de Colombia, José León Riaño, quin confirma un dato muy importante: lo que dice este colombiano es que cuando el ejército de su país ataca un reducto de las FARC que estaba a pocos kilómetros de la frontera ecuatoriana, matan a Raúl Reyes que era el número 2 de las FARC y le incautan su computadora personal que, después de un tiempo, es desencriptada y en ella se descubre cuál era el sistema de relaciones de FARC en Argentina. El principal interlocutor en nuestro país era Facundo Jones Huala, con quien Reyes mantenía un intercambio sistemático de mails en los que se hablaba de logística, de formación de cuadros, de entrenamiento para la actividad de toma de tierras y de cómo defenderse frente al accionar de las fuerzas del orden.
No es menor tampoco señalar que en esa computadora había otros interlocutores en Argentina. Por ejemplo, Fernando Esteche, del grupo Quebracho y otras personas como Luis D’Elía y Yusuf Jalil. Este Jalil, junto a D’Elía y Esteche viajan a Irán en relación con el tema del famoso memorándum.
Ellos están en el mecanismo de relacionamiento entre las FARC y algunos grupos caracterizados por su accionar en Argentina, que se evidencia también en el caso Maldonado, donde Quebracho es uno de los que en mayor cantidad de acciones y movilizaciones violentas interviene.
Ante el entramado de relacionamiento entre las estructuras mapuches el tráfico de armas y todo lo que hace a este fenómeno que denominamos como la nueva izquierda no es inexacto concluir que la acción de toma de tierras, particularmente en el sur de la Argentina, está vinculada a una estrategia mucho más amplia, donde la cuestión de la manipulación de los pueblos originarios y sus reivindicaciones tiene que ver con un diseño global para América Latina. Y aparecen algunos detalles que son sumamente interesante para ratificar que no es un hecho aislado.
En el año 2016 se produce el Congreso de Pueblos Originarios en Bolivia, en el día internacional de los pueblos indígenas, con muchos representantes de la CAM, estructura organizativa mapuche del sur de Chile, altamente violenta (mucho más que la RAM en Argentina) ese congreso lo cierra Evo Morales, quién plantea que Bolivia debe pasar a ser la capital latinoamericana de los movimientos antiimperialistas e indigenistas. Notoriamente en esa reunión estaba presente el embajador de Irán que también habla y ofrece todo el apoyo de su país.
Cuento todo esto para ver cómo se articulan los reclamos de los psudomapuches y para entender, en ese contexto, que es muy difícil que disminuya el accionar de estos grupos aun si el gobierno adopta medidas en relación a las tomas, porque evidentemente están conectados en una estrategia que excede largamente a la Argentina y que está vinculada fundamentalmente al desarrollo de estas nuevas izquierdas en las que la invocación de los pueblos originarios tiene un rol sustantivo.
Por otro lado no menor hay que notar la actitud pasiva de la Iglesia, señalada tantas veces, que si salió a criticar las tomas de tierras lo hizo tarde; así como el accionar dentro del gobierno de algunos sectores, como el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, que maneja la ex senadora Magdalena Odarda, cuya actitud ha sido sistemáticamente la de sostener a este tipo de grupos, incluso proveyéndoles logística a través de su número dos, Luis Pilquiman, que es un mapuche que en una oportunidad fue detenido por llevar hasta grupos electrógenos a los que estaban usurpando terrenos.
¿Cómo se vincula esto con la premisa de la que partimos (el robo el robo de municiones y de armas)? Creemos que hay que estar preparados para una escalada de mayor violencia por parte de estos grupos; no sólo creemos que van a continuar con su accionar sino que además puede llegar a tener un estado de violencia creciente en la metodología de tomar las tierras y, a posteriori, hacerse fuertes, acudir a violencia y utilización de armas de fuego en la resistencia a la acción de las fuerzas del orden ante las tomas.
En lo que he expuesto hay casos que tienen matices diferentes: en algunos vemos la acción de grupos violentos paraestatales y en otros podemos ver involucramiento de estados. Lo que nos habla de hechos de otra naturaleza.
Evidentemente el cambio de gobierno en Ecuador y luego en Bolivia hizo que al menos dos estados latinoamericanos no ejerzan una acción tan deliberada y manifiesta como la que llegó a darse con Morales en su momento. No es menos cierto que los grupos de la narcoguerrilla siguen manteniendo relaciones con otros estados. Hay indicios de mensajes intercambiados entre los grupos mapuche del sur de Argentina y Chile y la inteligencia venezolana y cubana y Venezuela puede seguir estando en relación directa con este tipo de acciones. Les recomiendo que lean el manual mapuche sobre la lucha y se van a dar cuenta de que la elaboración de este producto está por encima del accionar de los indígenas e indica que hay una inteligencia muy fuerte detrás y una estructuración muy sofisticada, no solamente de los elementos de naturaleza militar para lo que llaman la lucha, sino también política y cultural para sostener el avance de la acción indigenista.
Hay amenazas muy duras. Jones Huala dijo en un comunicado, al ser detenido en marzo del 2016, “La tierra será nuestra, si no es con fuego será con agua”. Una frase muy críptica de la cual la gendarmería sacó la conclusión de que había que redoblarla vigilancia sobre la presa de Futaleufú, porque existía también información de que de que en terrenos aledaños a Futaleufú se estaban por producir tomas de tierras por los movimientos indigenistas. Son indicios, pero parecen indicar un accionar mucho más vertebrado y coordinado con estructuras estatales. Y obviamente desde siempre está operando la inteligencia cubana.
El hecho de que la inteligencia cubana esté incrementando su operación en la Argentina se nota porque ha multiplicado la cantidad de funcionarios en la embajada. ¡Ni qué hablar en Bolivia hasta el fin del gobierno de Morales! Allí había 186 miembros de la embajada, cuando por ejemplo la representación diplomática de Cuba en España -que es una relación privilegiada que Cuba tiene con Europa- sólo contaba con una veintena de funcionarios. Este tipo de datos hay que tenerlos en cuenta. Sobre todo nosotros que hemos sufrido dos enormes atentados.
Me han preguntado quiénes son los que apoyan esta operación dentro del gobierno y para qué. Yo diría, en principio, que es la consecuencia del loteo en el que ha caído este gobierno, producto de la alianza electoral que lo constituyó. Hay sectores más radicalizados (de los que la figura más prominente es Grabois, pero que tienen otras expresiones como Magdalena Odarda, la ex senadora que preside el INAI, o agrupaciones como el Movimiento Evita tan activas en las tomas del conurbano), está la actitud de la Iglesia, bancando a personajes agresivos o demorando reacciones firmes. Piensen ustedes que en el sur estaba tomado un hotel que tiene en Bariloche el obispado de San Isidro (en el que se hacía actividad pastoral, retiros, etc.) y la Iglesia no reaccionó sino después de un fuerte debate y de la actitud firme de algunos sectores. Gracias a la presión del sector racional la Iglesia sacó -tardíamente- su documento criticando las tomas de tierra.
La misma es la actitud de Alberto Fernández: cuando ya la Justicia había determinado que se expulsará a Grabois de los campos tomados en entre Ríos, sale Alberto Fernández y sostiene que las ideas de Grabois no eran descabelladas.
Hay una evidente contradicción entre esas actitudes y la de Berni, en la provincia de Buenos Aires que produce efectivamente la desocupación del terreno de Guernica. Hay una gran contradicción, muy difícil de explicar, pero evidentemente el sector más radicalizado que está en el gobierno tiene esa conducta y desde mi punto de vista, por una posición ideológica y política es parte de este diseño, y está vinculado a este proceso la gestación de la nueva izquierda que trataba de sintetizarles.
En el caso Maldonado operó muy activamente el CELS, con los abogados que defendían al grupo que fue desplazado por la gendarmería y más tarde por el accionar de prefectura. El CELS es Verbitzky y todo lo que él representa.
Yo diría que hay un plan: los sectores de la nueva izquierda, los sectores que se identifican con Puebla, tienen una fuerte presencia en el Frente de Todos: hay una mezcla con la reminiscencia setentista.
En este contexto, la carta que dió a conocer Cristina de Kirchner señala con preocupación algunas de las cosas que están ocurriendo. Creo que ella tiene información muy detallada sobre el conurbano y piensa que es una bomba de tiempo que se pueda llevar puesto al gobierno. Me parece que hay realineamiento interno.
Pero independientemente de las internas del Frente de Todos, yo diría que hay un plan. Hay una mezcla con la reminiscencia setentista. No deberíamos pensar que esto vaya a disminuir en su intensidad más bien hay que esperar que este tipo de acciones se siga produciendo.